Mirando a América con ojos negros

Por Heitor Augusto, programador jefe de Nicho 54 y director curatorial de “América Negra”; Traducción: Juan Carlos Urbina

Si me invitaran a resumir en una imagen lo que la muestra América Negra busca suscitar en el público, recurriría al signo del mochilero: una persona aventurera que recorre territorios con un espíritu curioso y lleno de interés. América Negra: conversaciones entre las negritudes latinoamericanas es una gran viaje cinematográfico, mochila al hombro, por la latinidad a partir del marcador racial de la negritud.

Hace aproximadamente un año, concebí el proyecto que ahora llega a ustedes y, desde ese momento, la fuerza motriz que distribuye la energía a todo el proyecto curatorial sigue siendo la misma: el deseo de descentrar a Estados Unidos de ese trono desde el que se emiten las voces culturales que fijan los parámetros de los entendimientos de la negritud alrededor de la diáspora. Por lo tanto, el título de esta muestra es evidentemente intencional, más aún cuando en inglés se diría: “Black America”, que al contrario de lo que puedan pensar nuestros parientes estadounidenses, es aquí también.

No se trata de un afán por el contrapunto a las narrativas de los negros estadounidenses. Después de todo, una parte importante de mi práctica incorpora influencias de ese territorio. Con América Negra, sin embargo, la provocación que hago es: ¿qué entraría en nuestro campo de visión si las personas negras y latinas hiciéramos, al hablar de las experiencias negras, el ejercicio de descentrar a Estados Unidos como principal interlocutor o territorio que provee narrativas?

A través de un viaje que recorre 10 países y 35 películas organizadas en 11 sesiones distribuidas a lo lardo de 10 días, América Negra propone formas de responder a esta pregunta.

Si para nosotros Estados Unidos es esa especie de primo rico que el sentido común nos dice que es el territorio donde hay racismo “de verdad”, nuestra muestra también tomó como reflexión continua la posición de Brasil frente a la latinidad. En este sentido, el gran desafío para la curaduría fue, por un lado, compartir con ustedes obras negras que sólo podrían haber florecido aquí en nuestro territorio, dada la singularidad de tener la mayoría de nuestra población negra o racializada; y por otro lado, evitar el riesgo de que Brasil “hable de más” dentro de la muestra, sofocando así otras voces latinas. Espero que hayamos logrado el equilibrio y dejo que ustedes evalúen eso a través de las costuras de la programación que hemos elaborado.

Un tercer pilar del proceso curatorial de América Negra es la intención de “desblanquear” territorios erróneamente percibidos como blancos o desprovistos de presencia negra. Quizá el principal sea la tierra de Manu Ginóbili, Melisa Gretter y Luis Scola. Tal vez no haya ningún territorio latinoamericano que se proyecte tan blanco como Argentina. Así, al mirarla -y también a Uruguay- nuestra mustra desea desmontar esta percepción de ausencia negra. También hay otros “desborramientos” a las que aspira nuestra muestra. En México, por ejemplo, hasta hace poco, la Constitución proyectaba al país como el resultado único de las contribuciones del colonialismo blanco y de los pueblos indígenas. No es al azar que la profesora afromexicana Doris Careaga Coleman titulara su tesis doctoral: “La ausencia de lo afro en la identidad nacional de México: Raza, y los mecanismos de invisibilización de los afrodescendientes en la historia, la cultura popular, y la literatura mexicana”. De esta manera, América Negra recoge los aportes negros para, junto a los realizados por los pueblos originarios, pensar en la negritud, la construcción de la identidad y el legado cultural no solo en México, sino también en Perú y Bolivia.

Un último valor importante al inicio de la investigación curatorial es el movimiento de ida y vuelta entre Brasil y el resto de América Latina, más concretamente, la apuesta por ofrecer contrastes y aproximaciones. Así, durante América Negra navegarán al menos dos sensaciones: “esta película podría ser sobre Brasil” x “en Brasil nunca sería así”. Compartimos muchas similitudes con otros territorios latinos. Sin embargo, el proceso histórico aquí es bastante particular. De esta manera, como detallo a continuación, verán que la programación agrupa las películas a partir de consonancias y ruidos, no de nacionalidades o época de realización.

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¿Vamos a hablar de la programación? Adoptaré un procedimiento diferente para presentarla: en lugar de seguir la cronología de las proyecciones, presentaré un mapa de navegación guiado por los siguientes ejes:

Tradiciones culturales latino-diaspóricas negras

Particularmente en Venezuela y Colombia, la mayoría de las películas que nos llamaron la atención durante la investigación curatorial tenían como interés la investigación de expresiones culturales negras, a menudo buscando una conexión con las raíces originales en el continente africano.

La sesión inaugural del viernes 4 refleja ese eje. De México viene Diablitos, diablitas y almitas: Danzando la vida y la muerte, que presenta la “danza de los diablos” desde el punto de vista de los niños. Tambores afro-uruguayos, en cambio, se sumerge en el candombe, manifestación musical y cultural, acogiendo las tensiones que trae la presencia blanca. Finalmente, Colombia nos lega Del palenque de San Basilio, una etnoficción que desdibuja lo soñado y lo real, sumergiendo al público en una fuerza creciente.

Otros dos programas habitan el mismo eje. La primera sesión del domingo 6 confirma y agita ideas sobre la diáspora. Desde Colombia, Palenque es un musical-documental cantado desde el primer territorio de Sudamérica en liberarse del brazo colonizador. A continuación, Venezuela nos ofrece Tambores de agua, un registro vibrante de percusión acuática orquestado por mujeres negras de Barlovento. Finalmente, el brasileño (Otros) Fundamentos ( (Outros) Fundamentos) invierte en líneas torcidas y mantiene a raya una preservación acrítica y sin mediación de las tradiciones provenientes de África.

Un tercer programa sobre el mismo eje es la sesión del viernes 11. La venezolana Belén, la reina del quitiplá presenta la influencia transaccional de la música y el instrumento inmortalizado por Belén María Palacios, declarada portadora de patrimonio viviente por el Estado venezolano. La película ecuatoriana Ella vendrá – La presidenta especula sobre un futuro en el que el país estaría gobernado por una mujer negra. ¿Cuáles serían sus decisiones?

El cine de género: madeja para desatar

Aquí en Brasil, la discusión sobre lo que constituye un Cine Negro se ha vuelto gradualmente más compleja, lo cual es bienvenido. En la sesión del martes 8, nuestra curaduría propone y provoca al público para superar las comprensiones reduccionistas y mirar a lo contradictorio en los diálogos entre nosotros, los negros.

La brasileña Egum y la colombiana Saudó, laberinto de almas se adentran en el cine de terror. La primera toma como punto de partida una dimensión de las religiones de matriz africana, mientras que la segunda toma un mito que rodea a la gente esclavizada que huyó de la dominación. Por último, la también brasileña La tumba de la tierra (O túmulo da terra) flirtea con el expresionismo alemán al presentar el viaje de autodescubrimiento de un personaje.

Identidad y racialización

Brasil comparte con el resto de América Latina un complejo proceso de racialización que involucra a los pueblos originarios, al invasor blanco-europeo, a las poblaciones negras y a los innumerables flujos migratorios en continua mutación desde mediados del siglo XIX. Por consiguiente, uno de los focos de interés de América Negra es ahondar en las formulaciones de la identidad entre nosotros.

El primer programa del sábado, el 5, refleja las diferentes formas de habitar la piel negra. La mexicana Negra se centra en la trayectoria de cinco afromexicanas que experimentan un tortuoso proceso de autoidentificación. Mientras que Mutaciones del racismo: La experiencia de un joven universitario narra en primera persona el viaje de un afrocolombiano hacia la autoaceptación. A manera de contraste, La mirada de un erê (Olhos de erê) comparte con nosotros la opinión de Luan, un niño quilombola negro que tiene referencias afrobrasileñas en el centro de su existencia.

Un segundo programa que se relaciona con el mismo eje es la segunda sesión del domingo 6. Iniciamos la conversación con Farías, una historia de amor afrouruguaya, un documental que revela un personaje negro con raíces que se remontan a la esclavitud. Afroargentinos ennegrece la tierra de los “che”, demostrando que la presencia negra no es reciente ni se limita a la inmigración de las últimas décadas. Tita, tejedora de raíces representa otra contribución de nuestra curaduría para pensar a México desde el elemento negro. Por último, Invazión Brazil (Invazão Brasil) implosiona nociones como la del Estado brasileño para afirmar una centralidad indígena y racializada de esta tierra que es nuestra.

América Negra también se abre a las conversaciones entre las poblaciones afro y los pueblos originarios. De esta forma, pedimos permiso a este territorio al que fuimos traídos a la fuerza y proponemos puentes entre nuestras experiencias con una de las sesiones del sábado 5. Amarre (Amarração) materializa, desde Brasil, el deseo de interlocución entre nuestras posiciones racializadas. La boliviana/ecuatoriana Así es, ¿y qué? (Ukamau y Ké) recupera la vida y obra del importante rapero aymara que murió en circunstancias análogas al rapero brasileño Sabotage. Por otra parte, Herencia de un pueblo recoge desde la periferia el legado cultural negro en Perú a través de la danza.

Acervos y archivos

El mantenimiento de la memoria de la historia negra latinoamericana organiza las películas de la sesión del último sábado 12. La ecuatoriana Sospechosos visita un infame episodio de racismo por parte de la policía de Quito, Ecuador, que mantuvo bajo su custodia a 23 personas, todas negras, sin ninguna acusación o denuncia. La brasileña Acervo ZUMVI rinde homenaje al fotógrafo bahiano Lázaro Roberto, responsable también de preservar la memoria de importantes capítulos negros. Y Urabá: Dancehall a prueba de balas conecta el pasado y el presente de la vibrante escena musical de la región bañada por el mar Caribe en Colombia.

¿Cómo hablar de sí?

La sesión del jueves 10 presenta al público cinco películas que, de diferentes maneras, expresan lugares desde los que se habla de la condición de las personas negras. En un enfoque documental más tradicional, Gertrudis Blues revela a un personaje situado en un enclave identitario que relaciona a afromexicanos y afroamericanos. Flirteando con la performance y el lenguaje directo, Clandestyna nos habla del arte y las reflexiones de tres travestis negras y suburbanas de Río de Janeiro. Candombe do Açude: El pasado contado por el canto. Ep. 1: Pandemia: Aislamiento o respiro? (Candombe do Açude: o passado contado pelo canto. Ep. 1: Pandemia – Isolamento ou Respiro?) cuenta desde adentro la celebración del candombe en el importante quilombo de Belo Horizonte. Nana Dijo: Radiografía irresoluta de la consciencia negra (Nana Dijo: Irresolute Radiography of Black Consciousness) propone, desde México, una conversación transversal sobre la identidad negra en América Latina. Por último, el etnodocumental Ni libre, ni asalariado presenta la vida de los trabajadores pileros en Medellín, Colombia.

Negra y mujer

Las películas con, sobre o por mujeres negras están repartidas por toda la programación. Con todo y eso, en la sesión del lunes 7, reunimos películas con personajes femeninos cuyas identidades están marcadas por la diferencia. El barrio de las mujeres solas nos cuenta sobre un barrio de Quito, y de la vida de cinco mujeres negras que tienen en común la experiencia de la maternidad en solitario. Luz para ellas lleva al público a Cuba para conocer a dos artistas que tienen la música como medio de expresión. Mientras que Érica nos transporta al Morro do Chapéu, en el interior del estado de Bahía, donde conocemos un fragmento de la vida de Érica Jesus Silva y su pareja, Hudson Oliveira Maia.

Ritos de pasaje

En la programación del miércoles 9 se recogen películas que orbitan nociones como transmutación y transfiguración. La colombo mexicana Chimbumbe se sumerge en construcciones míticas palenqueras para contar una bella historia de amor. Este pueblo necesita un muerto nos recuerda otro momento en las discusiones sobre transidentidades a través de la vida de Stefany, una travesti de Chocó. Macumba de travesti, feitiço de bixa: malva es un gesto de autocuidado en forma de video que se niega a aceptar el encarcelamiento que implica el hablar exclusivamente sobre el dolor experimentado las travestis.

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América Negra es la primera muestra que realiza Nicho 54 en la que no asumo solo el proceso curatorial. Es el resultado directo de las investigaciones, reflexiones, miradas y provocaciones de Bruno Galindo (São Paulo), Gabriel Araújo (Belo Horizonte), Kariny Martins (Curitiba) y Mariana Souza (Recife). Con un plazo de entrega más corto de lo ideal, estos cuatro jóvenes curadores negros y brasileños llevaron la muestra a territorios que solo entenderemos del todo una vez finalizadas las exhibiciones. Estoy muy orgulloso del trabajo que hicimos.

También en la curaduría, un gran agradecimiento a los investigadores que me ayudaron a navegar por las complejidades de Venezuela – Juan Carlos Urbina – y Colombia – Inajara Diz, Stéphanie Moreira. Otro agradecimiento para los profesores del curso “Discursos sobre las negritudes latinoamericanas”, quienes prontamente aceptaron compartir su investigación con nuestra audiencia, contribuyendo a la comprensión de temas complejos: Bocafloja, Flavia Ríos, Liliana Angulo Cortés, Miriam Gomes, Stéphanie Moreira.

Un último bloque de agradecimientos va dirigido al equipo que construye Nicho 54. Fernanda Lomba, cofundadora y directora ejecutiva: sólo nosotros dos podemos ver el trabajo diario que supone seguir llevando hacia adelante lo que creamos entre tres, en 2019, junto a Raul Perez. Karen Almeida, qué placer nuestras interlocuciones y conexiones de aprendizaje. Mariana Santos, tenemos la suerte de contar con tu mirada humana para las demandas jurídicas. João Barbosa, eres la materialización de la agudeza. Fernando Michele, un placer observar tu atención al detalle y la búsqueda de respuestas. Cristiano Filiciano y Eduardo Ribas, con tan poco tiempo han captado lo que es Nicho, traduciéndolo de forma ejemplar en la comunicación.

Ficha técnica

Concepción y dirección curatorial: Heitor Augusto
Curaduría y programación: Bruno Galindo, Gabriel Araújo, Kariny Martins, Mariana Souza
Producción y coordinación: Karen Almeida
Profesores del curso “Discursos sobre las negritudes latinoamericanas”: Bocafloja, Flavia Rios, Liliana Angulo Cortés, Miriam Gomes, Stéphanie Moreira
Investigación – Territorio Venezuela: Juan Carlos Urbina
Investigación – Territorio Colombia: Inajara Diz, Stéphanie Moreira
Diseño artístico e identidad visual: Lucas de Brito
Asesoría de prensa: Cristiano Filiciano da Silva
Redes Sociales: Eduardo Ribas
Traducción simultánea (Curso “Discursos sobre las negritudes latinoamericanas”): Gabriela Figueiredo, Henrique Cotrim, Julieta Boedo
Traducción y subtitulaje: Andrés Schaffer, Angélica Rosa, Gabriela Figueiredo, Gabriela Meneses, Pedro Ribeiro Nogueira, Shay Santana, Thiago Landi
Outreach: Taturana Mobilização Social
Desarrollo de la plataforma Sala 54: Mandelbrot
Programación: Andrei Thomaz, Filipe Davi, Marcos Marcelo
Revisión: Maíra Corrêa Machado

Agradecimientos

La dirección curatorial agradece a todos los directores y directoras, productores y productoras, así como a las distribuidoras que confiaron sus películas a nuestro cuidado. También destaco nuestro agradecimiento a:

Anderson Feliciano, Christian Sida-Valenzuela / VLAFF, Carolina Freitas da Cunha / Mostra Ecofalante, Carolina De Robertis, Clarisa Duque, Cornelius Moore, Jannike Curuchet / IMCINE, Layla Braz / Semana de Cinema Negro de Belo Horizonte, Liliana Angulo Cortés, Márcia Vaz, Mariana D’aquino, Pamela Harris, Patricia Victoria Gomes.

Patrocinio

Open Society Foundations